Dentro de la planeación financiera de los negocios, particularmente los pequeños, debería estar el mecanismo de cobro de sus transacciones, poder balancear sus operaciones en efectivo y electrónicas, y con ello estar dentro de las condiciones competitivas de su segmento comercial. Cobra sentido preguntarse: ¿Veremos en un futuro próximo, una baja en las transacciones con efectivo, debería migrarse hacia pagos exclusivamente electrónicos?
La respuesta
es no, no se prevé que ocurra en un futuro próximo, por varias razones:
1) Aunque los
esfuerzos de la banca comercial han dado frutos por incluir cada vez más personas en el
sistema bancario (la bancarización, como le llaman los expertos), muchas personas sólo se contentan con abrir una cuenta para
que les depositen su nómina, la cual sacan en efectivo casi de inmediato. Y si
no, vea las filas que se hacen en los cajeros automáticos (ATM, por sus siglas
en inglés) cada quincena.
2) La costumbre.
Muchas personas han usado el efectivo como medio de pago durante toda su vida,
particularmente los mayores de 50 años. Si les ha funcionado, ¿por qué cambiar
todo su comportamiento monetario? Quizás hagan algunas transacciones, pero no
será la norma. Incluso, vea lo que ha pasado con el famoso CODI, que trató de
impulsar el Banco de México hace unos años, simplemente no despegó por la falta
de costumbre de buena parte del mercado.
3) Las
comisiones. En muchos lugares, particularmente establecimientos pequeños,
aceptan pagos con tarjeta pero cobran una comisión de 5 o 10 pesos, o un
porcentaje que va entre en 3 y el 5% del monto de la compra. Entre más personas
rehúsan el cobro de la comisión, menos sentido comercial tiene el aparato hasta
que definitivamente es eliminado.
4) La amenaza de
control fiscal, que hará que muchas personas prefieran los pagos en efectivo.
Si la autoridad dice que todas las transacciones estarán sujetas a fiscalización,
pues el remedio serán menos transacciones electrónicas, para tener menos
posibilidad de que le auditen. En muchos lugares del mundo pasa: Más control
fiscal, mas personas se refugian en el efectivo, al menos para transacciones
pequeñas.
5) La falta de seguridad.
Si usted ha sufrido uno o varios asaltos en un lapso de un año, y se han
llevado su celular con la aplicación del banco, lo más probable es que la
siguiente vez que tenga un celular prefiera no instalar la aplicación del
banco. Lo mismo pasa con las tarjetas, que prefiere dejarlas en casa para que
en caso de un robo, no se vea en más problemas. Resultado: No cuenta más que
con el efectivo que lleva en su cartera u oculto en algún lugar.
6) La confianza
en el propio sistema. Si a usted le han llegado cargos no reconocidos, perderá
la confianza en los medios electrónicos y procurará pagar todo en efectivo. La
razón es simple: menos transacciones electrónicas, menos posibilidad de que le
defrauden. Porque además, muchas veces, el banco no falla a favor del cliente,
y pierde el dinero (sobre todo, cuando se trata de tarjetas de débito).
Si usted
tiene como estrategia financiera migrar a pagos exclusivamente electrónicos,
piénselo dos veces, buena parte de su mercado no lo aceptará, al menos, no de
inmediato. Las transacciones en efectivo no se irán en el corto plazo, a menos que ocurra algo de proporciones épicas.
Algunas ideas tomadas de Leibbrandt, G. 2009. A billion here, a billion there: the statistics
of payments, v15. Documento electrónico recuperado de https://swiftinstitute.org/wp-content/uploads/2012/10/The-Statistics-of-Payments_v15.pdf
Enlaces a mis libros:
📙 300+ indicadores: https://www.amazon.com.mx/dp/B0861C4C9V
📘 250+ ideas: https://www.amazon.com.mx/dp/B08FBQQMKQ
💰 Finanzas personales y familiares: https://www.amazon.com.mx/dp/B09364YT3S
Mi canal de Youtube:
Comentarios
Publicar un comentario