En la planeación estratégica, uno de los análisis iniciales es el llamado FODA o DOFA (en inglés, SWOT) que hace alusión a las Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. Fortalezas y debilidades resultan de vernos en el espejo, es decir, son del ámbito interno (de la empresa o de la persona), y las oportunidades y amenazas provienes del exterior, y resulta de lo que el ambiente nos presente. En palabras de Serna (2008) “El análisis FODA ayuda a determinar si la organización está capacitada para desempeñarse en su medio”.
Las fortalezas deben ser explotadas, las debilidades se minimizan o se
balancean con las fortalezas; las oportunidades, cuando aparecen, deben
aprovecharse utilizando precisamente las capacidades internas (fortalezas), y
las amenazas se evitan (cuando se detectan a tiempo). De este razonamiento, se
crea la matriz FODA, para potenciar lo bueno y trabajar en lo que se flaquea.
El surgimiento de la pandemia de Covid 19 fue, por definición, una
amenaza. No estaba en el plan de nadie, y no había manera de impedir su
llegada. Algunos lo vieron venir y pudieron evitar sus efectos construyendo
sobre sus fortalezas (una organización interna flexible, la capacidad de llevar
el trabajo más allá de los muros de la empresa, encontrando maneras
alternativas de anunciarse, fabricar, cobrar; pero muchos otros, producto de no
haber identificado a tiempo sus fortalezas, cerraron sus empresas. Ejemplos de
esto fueron aquellos restaurantes que rápidamente trasladaron sus operaciones a
lugares con menores rentas, buscaron acuerdos comerciales con plataformas para
el servicio a domicilio, se promocionaron de mejor manera; y también ejemplo
son aquellos restaurantes que no supieron diferenciarse, que tardaron días o
semanas en darse cuenta de la situación y cuando quisieron entrar al nuevo
esquema de comercialización, ya les habían ganado los espacios.
Muchos otros negocios, sin gran planeación, simplemente apelaron a su
resistencia, y esperaron meses a que la pandemia pasara. No hicieron cambios
significativos en su operación, y esperan que el mundo sea el mismo al de 2019.
Quizás algunas bajas, meses sin resultados, y reiniciar desde donde nos
quedamos (marzo 2020), básicamente haciendo lo mismo.
Para el 2022, sin embargo, el mundo va a ser un tanto diferente. Muchas empresas
han anunciado sus planes de no regresar a las oficinas como antes, lo que les
sugiere ahorros en rentas, traslados, comedor, etc. Algunas costumbres adquiridas
durante 2020 y 2021 se quedarán (por ejemplo, la comodidad de comprar en línea,
la facilidad de hacer movimientos bancarios desde el teléfono –que más gente
pudo experimentar-, la cantidad de microtransacciones que se generan de persona
a persona mediante las redes sociales, el enorme volumen incremental de videoexpertos),
por lo que le pregunto: ¿Qué meta tiene para 2022, generar una planeación
estratégica y aprovechar las nuevas condiciones de algunos mercados, o
simplemente despertar de la pesadilla y seguir donde se quedó?
En una encuesta simple que hice, me sorprende que mucha gente dice que sólo
va a continuar con su vida como antes de la pandemia, indicando que la
oportunidad histórica de cambio sólo se verá como una oleada fría de la que
esperamos secarnos, antes que haber aprendido a nadar o surfear.
Para saber más: Serna, H. (2008). Gerencia estratégica. 10ª ed. 3R Editores: Bogotá, Colombia.
Enlaces a mis libros:
📙 300+ indicadores: https://www.amazon.com.mx/dp/B0861C4C9V
📘 250+ ideas: https://www.amazon.com.mx/dp/B08FBQQMKQ
💰 Finanzas personales y familiares: https://www.amazon.com.mx/dp/B09364YT3S
Mi canal de Youtube:
📹 https://www.youtube.com/channel/UCaewn4WauMJHwsJ1lP4pLBg
Comentarios
Publicar un comentario